Transportes Aéreos Globales

TAG es una compañía aérea virtual que opera con cualquier tipo de avión y sin límite en el tipo de trabajos a llevar a cabo. Desde transporte regular de pasajeros en líneas aéreas hasta vuelos ferry de todo tipo de aeronaves en cualquier parte del mundo...

(leer más...)

1 de enero de 2012

INFORME DE MISION 20: Origen: Kabul (Juanjo)

Piloto: Juanjo
Meteo: Real. Mucho frio en las montañas (-16ºC en Khorog). VMC en casi todos los vuelos. 270/140Kts a FL340.
Aeronave: L-1011 Tristar
Simulador: XPlane 9.70

La situación pintaba muy bien. Sin retrasos, sin problemas con la documentación, pasaportes, tripulación alegre y comprometida, un aeropuerto hiperseguro, en contraste con lo que imaginaba, con todas las facilidades y servicios, y un L-1011 Tristar estupendo a nuestra disposición cedido por las lineas aéreas jordanas que nos esperaba en el aparcamiento listo para ser cargado y volar a nuestro destino: Jerusalén.


Pero ya me parecía a mi que todo era demasiado bonito para durar. Al encontrarnos con el representante de los propietarios de la carga su cara no presagiaba nada bueno y cuando nos dijo que la carga había que buscarla en otro sitio los nubarrones se arremolinaron sobre nuestras cabezas. “Bueno, y ¿donde tenemos que ir?” preguntamos; con una sonrisa nerviosa nos señaló un mapa y contestó: “por aquí... mas o menos”.
¿Donde está Khorog?
Los nubarrones no podían ser mas oscuros. La zona que nos indicaba estaba al noreste, en medio de montañas con mas de 4000m de altura, un territorio fronterizo con otro país, plagado de talibanes y contrabandistas armados poco amigos de los aviones y lo que es peor, sin aeropuertos adecuados para nuestro avión. La misión no se podía realizar así.

A punto de abandonar nuestro contacto recibió una llamada que le confirmaba que la carga se encontraba en Khundug y que había un aeródromo “apropiado” muy cerca. ¿Donde narices está Khundug? ¡¡ Tajikistán!! Justo en la frontera pero al otro lado de ella y no teníamos documentación para llegar allí. “Eso no es problema” respondió nuestro contacto “¿podrán llegar allí?”. Bufff, la pista es corta, sin radioayudas, está a casi 7000ft, rodeada de montañas; podremos entrar vacíos pero sacar peso de allí... sería peliagudo; pero además la zona no era segura y el riesgo de ataque era demasiado elevado. No podíamos aceptar.

 Un par de golpecitos en la espalda y al volverme encuentro una cara conocida pero que no situo en el lugar. ¡Mi amigo Ángel en Kabul! Menuda sorpresa: un compañero del Club de Exploración y Aventura que se encuentra con las tropas españolas al que no veía siendo vecino mío y me lo encuentro aquí. Tras los abrazos pertinentes se interesó por la situación y puso negro sobre blanco. Era un suicidio ir a aquel sitio sin apoyo militar de manera que nos pidió unos minutos que se prolongaron algo mas de un par de horas pero que dieron sus frutos. Consiguió unirse a la expedición asegurando protección en la zona afgana de la frontera por parte de las tropas alemanas de la zona. Tajikistán quedaba fuera de su jurisdicción. Luego llevaríamos todo lo que las circunstancias permitiesen a Herat, bajo control de tropas españolas, donde dejaríamos a Ángel y algo de la carga para que fuese repartida por la zona y continuaríamos hacia Jerusalén.



Despegando de Kabul
Con la consideración de aeronave de estado iniciamos el despegue con el combustible calculado al Kg y los consejos de unos pilotos militares sobre como realizar las aproximaciones y despegues en “zonas hostiles”. El trayecto era corto, unos 250NM, e impresionante al sobrevolar las imponentes montañas aunque no tendríamos información meteorológica hasta llegar a la zona. Necesitábamos condiciones VMC y viento del sur para hacer la aproximación. Para despegar el viento debería ser del norte, lo mas fuerte posible.
Sobrevolando el aerodromo de Khorog (Se ve en el fondo del valle)


La suerte empezaba a sonreir. Aterrizábamos al final de la tarde, la meteo era propicia y las tropas alemanas en tierra nos confirmaron que la zona era “segura” con lo que tras sobrepasar el campo hacia el norte sobrevolando los picos del este del valle, viramos y nos introdujimos en el manteniendo la máxima velocidad posible para evitar “riesgos” y aterrizamos sin mayores complicaciones que la congoja del paisaje que teníamos por delante. Si el viento no cambiaba el despegue sería muy complicado.

Final 16 de Khorog
Amparados por las sombras de la noche se pudo cargar el avión al máximo de su peso dejando pendiente los últimos ajustes para el momento del despegue. No me pregunten como se las arreglaron para ello pero solo la parte de la carga que no cabía por peso se quedó en tierra en buenas manos para ser distribuida por la zona donde era mas preciso. Así, cuando todavía las tinieblas invadían el valle posicionamos el avión en la cabecera de la pista... 16. Los 15Kts de viento del sur hacían imposible el despegue hacia el norte y debíamos aprovechar las bajas temperaturas del final de la noche así como la sorpresa del amanecer para despegar. 

Escuchamos como salían los aviones de reconocimiento por control remoto y en pocos minutos un par de “Apaches” revolotearon por la zona mientras con la luz suficiente iniciábamos la carrera de despegue contra la montaña. “Vuelen bajo hasta alejarse del aeropuerto” fue el consejo de los pilotos locales. Je, je, la pista era la justa para el despegue y deberíamos volar bajo por el valle para poder aumentar la velocidad, así que el consejo era de “obligado cumplimiento” por propia necesidad.

Motores al 100% y soltamos frenos para obtener una aceleración muy pobre. Poco a poco la velocidad aumenta y empieza a marcar el anemómetro. Seguimos comiendo pista contra una montaña despegando exactamente como teníamos previsto, apurando la pista al máximo para poder encarar las curvas del valle lo mejor posible. Tren arriba y seguimos acelerando lentamente sin ganar altura, manteniéndonos lo mas bajos posible y con algún aviso de pérdida intermitente pero sin mayores problemas de manera que vamos subiendo los flaps a medida que ganamos velocidad..
"Arrastrándonos" saliendo de Khorog
Lo suficientemente alejados del aeropuerto, si ya estábamos pálidos por la salida, iniciamos una trepada con 45º de cabeceo que a mas de uno lo dejó transparente de forma que en un santiamen alcanzamos la seguridad de la altura y pusimos rumbo a Herat donde nos esperaban.
La trepada

Tras un vuelo sin incidentes la aproximación la hicimos en visual apoyados por el GPS ya que el NDB y DME estaban inoperativos. Allí dejamos la carga necesaria y a nuestro buen amigo Ángel quien se encargaría de repartir la carga que allí dejamos y, de nuevo al amanecer, salimos hacia Jerusalem.

Saliendo de Herat
El despegue de nuevo iba a ser la parte mas peligrosa del vuelo. En las montañas cercanas se apostaban francotiradores y, aunque los vuelos de reconocimiento y los helicópteros no habían encontrado nada sospechoso, nada mas separar la ruedas del suelo subimos el tren y, dejando atrás a los dos vehículos armados que nos habían escoltado durante la carrera por la pista, nos mantuvimos pegados al terreno mientras nos alejábamos de la zona a toda velocidad  para, de nuevo, salir disparados hasta FL200 ya que la corriente en chorro de 140Kts a FL340 soplaba directamente en nuestra contra.
 
Sin mayores problemas que el viento en cara sobrevolamos Iran, Irak y Jordania pero al contactar con el control israelí nos informaron que el aeropuerto de Jerusalen está en desuso y debemos ir otro alternativo. Pero esta vez estaba todo previsto. Efectivamente el aeropuerto ya no se usa pero se había habilitado especialmente para nosotros gracias a la mediación de los poderosos propietarios de la carga de manera que con un nivel de combustible mas bajo de lo previsto conseguimos aterrizar sin complicaciones en nuestro destino donde nos esperaban para llevar la valiosa carga a Belén y de allí distribuirla por el resto del mundo.

En final de la 30 en Jerusalen
Con la satisfacción del deber cumplido buscamos a nuestro guía y representante de los propietarios de la carga que había desaparecido organizando la descarga del avión. Lo encontramos hablando animadamente con un grupo de personas con indumentarias de lo mas variopintas, que se reían a carcajadas y que al vernos nos abrazaron y nos dieron las gracias por haber salvado la tan preciada carga. En la despedida tres de ellos vestidos con trajes tradicionales y con un especial perfume nos regalaron una moneda de oro, y dos pequeños cofres de incienso y mirra como recuerdo de la operación para toda la compañía. (Obsequios que depositaremos en nuestra base de Tagoror, por supuesto)

Misión nº 20. Origen: Kabul
PD: La misión se voló integramente en conexión a IVAO

4 comentarios:

José Ángel dijo...

Buena historia!

Como hicieras los comentarios de ella en IVAO mientras volabas...

Déjame los regalitos que yo los llevo a Tagoror y los dejo a buen recaudo :-)

Carlos dijo...

Muy buena historia.

María José dijo...

Tan bonito como un cuento de Navidad. Leer esta historia es tan apasionante que me parece haberla vivido sintiendo el peligro y la emoción del vuelo entre las montañas. ¡Bravo por el piloto!

TriQui dijo...

Guau, menuda aventura!! Realmente ha sido apasionante leerla. Espero que esa carga haga que la vida en ciertos lugares sea mucho más llevadera. Saludos!!

Publicar un comentario