Aeronave: XR1
Simulador: Orbiter 2011
Debo confesar que el cambio de planes no me sorprendió demasiado. Las excentricidades de algunos nuevos ricos, y otros no tan nuevos, empiezan a ser algo habitual en el negocio del turismo espacial, pero el elevado coste del "capricho" si me hizo pensar en algunas cosas en las que estaría mejor empleado ese dinero. Pero mirando la parte positiva este ingreso extra nos vendrá de perlas para potenciar un programa espacial mas productivo, de manera que con esta idea nos pusimos manos a la obra y en poco tiempo nos encontramos lo suficientemente alejados de la EEI como para iniciar el cambio de plano orbital al de la MIR.
El cambio de 3,5º nos llevó unos 31 segundos de encendido que iniciamos mientras sobrevolábamos la península de Malasia y una vez establecidos en el nuevo plano orbital empleamos 4 órbitas mas en alcanzar el punto de encuentro que nos dejó a unos escasos 16Km. de nuestro objetivo.
Poco a poco, como si de un baile se tratase, nos alineamos con el puerto de atraque y cuando nos encontrábamos en mitad del Atlántico Sur un ligerísimo topetazo y el ruido de los mecanismos de sujección nos dieron la bienvenida a esta reliquia orbital.
Una vez confirmada la estanqueidad y seguridad de los sellos de unión entre las dos naves nos colocamos las máscaras antigas y abrimos la última compuerta que tantas tripulaciones atravesaron durante su vida operativa.
Aún estando prevenidos el impacto fue tremendo. El olor a nevera sucia se sentía a pesar de los filtros de nuestras mascarillas debido al tiempo que había pasado sin estar habitada y sin mover el aire de su interior. Definitivamente no pasaríamos allí mucho tiempo así que despues de curiosear un poco recojimos el material que nos habían autorizado a llevar de vuelta a la Tierra, unos guantes, alguna documentación y un viejo traje espacial que se expondría en algún museo. Dimitri por su parte solo podía llevarse los pocos objetos personales que su abuelo había dejado allí, un neceser, unos guantes de lana y unos prismáticos. Por nuestra parte dejamos material de supervivencia y combustible para que en caso de emergencia fuese posible utilizar la vieja estación como bote salvavidas.
Así que con todo listo para la reentrada nos separamos del viejo pájaro preparándonos para un aterrizaje nocturno en Cabo Cañaveral. Tras dos días de espera y el ajuste del plano orbital realizamos el encendido de los motores durante 12 segundos cuando nos encontrábamos sobre la costa este australiana iniciando nuestro descenso. A 150Km de altura realizamos la comprobación de reentrada, recogiendo el radiador y cerrando las compuertas de los retrocohetes para hacer el descenso de forma semiautomática.
Tras un suave descenso en el que alcanzamos 3,4Gs y dejando una estela de plasma en la noche alcanzamos nuestro destino y a unos 50Km de distancia y17Km de altura desconectamos el piloto automático aterrizando sin novedad en la pista 15 y completando una nueva misión de OrbiTAG con éxito.
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