INFORME OrbiTAG Misión 1 (Juanjo)

Piloto: Juanjo
Nave: XR1

Con los nervios propios de la primera misión y la confianza que da la práctica hasta la memorización completa de la misma en el simulador, nos encaminamos a nuestro flamante vehículo que nos convertiría en unos minutos en orbinautas virtuales.

Acomodados en la cabina realizamos los procedimientos necesarios siguiendo la lista de comprobaciones y, volviendo a confirmar que la pantalla orbital estaba configurada para indicarnos la altura del apogeo, iniciamos el despegue por pista 33 de Cabo Cañaveral.



"V1", "Rotate", la voz de Sally Beaumont tantas veces escuchada en el entrenamiento sonaba exactamente igual pero en esta ocasión la escuchábamos de una manera distinta, conscientes de que en este vuelo nada podía salir mal. Así , tras unos instantes, la nariz de nuestro pájaro comenzó a elevarse y nada mas separarnos del suelo recogimos el tren manteniendo un suave tirón que nos fue elevando hasta alcanzar los 85º de morro arriba.

Mach 1 y subiendo. A los 20Km comenzamos a quemar y expulsar el exceso de peso por combustible que teníamos cargados por defecto quedándonos con un 30% de reserva en el APU y RCS y al 0% de SCRAM. No es un método ni eficiente ni eficaz pero nos reduce la masa en el ascenso y el descenso.

Sobre la marca de los 60Km la pantalla nos indica que alcanzaremos nuestro apogeo sobrepasando los 100Km de manera de cortamos el empuje de nuestros motores dejando atras su estela de humo y comenzamos un ascenso inercial experimentando la ingravidez que es imposible de reproducir en el simulador y que tan solo podemos imitar en los vuelos parabólicos de entrenamiento.

¡¡¡+100Km!!! ¡¡¡Oficialmente somos orbinautas!!!¡¡Estamos en el espacio!! Maniobramos con la nave para poder admirar lo que tenemos alrededor y que hoy solo podremos ver durante unos breves momentos. Comprobamos que los controles funcionan a la perfección y programamos el piloto automático para mantener el de ángulo de ataque necesario para la bajada. Podemos hacer el descenso de manera manual pues lo hemos ensayado hasta la saciedad pero se considera un procedimiento "de contingencia" y para asegurar la operación el procedimiento se realiza de manera semiautomática.

Miedo. A pesar del entrenamiento mil veces repetido, una extraña sensación de miedo nos invade al acercarnos tan rápido al suelo sin que haya indicios de modificación de la trayectoria hasta que estamos muyyyy bajos y el morro comenza a elevarse lentamente alcanzando los 6Gs de aceleración. En el momento preciso desconectamos el piloto automático y picamos con cuidado para reestablecer el ángulo de ataque que nos permita planear hasta la pista, que esta vez se nos ha quedado ligeramente desplazada, realizando una bonita aproximación y un suave contacto con la pista.

Exito completo. Empapados en sudor por la emociones vividas y con la satisfacción de haber dado el primer paso de nuestra aventura espacial recibimos las felicitaciones de todos los colaboradores y técnicos para, tras el papeleo inmediato y el aseo correspondiente, pasar a la debida celebración que se prolongó hasta bien entrada la noche. Afortunadamente la reunión de evaluación del día siguiente estaba programada para la tarde. (Aún así algunos asistieron a la misma con secuelas evidentes de la fiesta, je, je, je)

Ahora a por la segunda fase.