Transportes Aéreos Globales

TAG es una compañía aérea virtual que opera con cualquier tipo de avión y sin límite en el tipo de trabajos a llevar a cabo. Desde transporte regular de pasajeros en líneas aéreas hasta vuelos ferry de todo tipo de aeronaves en cualquier parte del mundo...

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24 de diciembre de 2014

INFORME DE MISIÓN nº 66: Vacaciones africanas (José Ángel)

Piloto: José Ángel
Meteo: Real
Aeronave: Eclipse 550 / Beechcraft 1900D
Simulador: XPlane 10.31

Eran casi las  3 de la tarde en el meridiano de Tagoror y me disponía a tomar un buen café de las plantaciones del noreste de la isla cuando sonó el teléfono privado de la vicepresidencia. Misión importante al canto.

Una organización no gubernamental tenía que trasladar de inmediato gran cantidad de material didáctico, sanitario y juguetes a Liberia, zona azotada por el ébola, a un pueblo llamado Foya, dotado de un pequeño aeródromo de tierra.

Mi mente se disparó de inmediato a elegir entre las opciones aeronáuticas más adecuadas, en tamaño y disponibilidad, para el periplo cuando mi interlocutora aclaró: "...para ello, se deberá recoger a los tres cooperantes que esperan en Tenerife Norte y trasladarlos al lugar indicado, los cuales portarán todo el material en su equipaje de mano."

¿Equipaje de mano? ¿¿¿¿Todo el material????

Colgué extrañado al mismo tiempo que miraba por la ventana de la terminal cuando, como si de una señal del destino se tratase, la luz del Sol se reflejó fugazmente en el parabrisas del Eclipse 550 del TAG que había estacionado en la plataforma, a modo de guiño. Veinte minutos más tarde volaba hacia GCXO con un improvisado plan de vuelo VFR entre mis piernas.



Una vez en la plataforma de aviación general de Tenerife Norte, a pie del avión, me presentaron a los tres cooperantes que me acompañarían hacia tierras africanas, con sus mochilas repletas de material a sus espaldas.

El primero, el mayor de todos, mostraba una sonrisa espléndida dentro de una barba canosa que no hacía justicia a su jovialidad. "Gustavo Melchior" dijo, estrechándome la mano, y acto seguido subió las escaleras y entró en la cabina.

El segundo era más joven, con una oscura barba de una semana y otra sonrisa similar en ella. Caspar Friedrich se llamaba... ¿a qué me sonaba ese nombre?

El último en subir era un muchacho de raza negra de apenas 20 años. No dijo nada, pero agachó la cabeza en señal de respetuoso saludo. Solo sabría su nombre al llegar a FOYA cuando una multitud de niños corrieron hacia él, bajando del avión, gritando "Vahl Tashar! Vahl Tashar!...".

Una vez en mi puesto, me di cuenta de algo muy extraño. Los indicadores mostraban sobrecarga en el avión. Éramos 4 personas más algunas mochilas, grandes, pero no dejaban de ser mochilas. ¿Qué estaba pasando?, pensé.

En ese momento, a modo de respuesta a mi muda pregunta, Caspar detrás de mí dijo "Nuestro equipaje pesa mucho. Pero mucho mucho. Llevamos muchas cosas." Pues tendré que aligerar reduciendo combustible y no podremos llegar a Monrovia (supuesta primera parada técnica) de una sola vez. "Perfecto", dijo Melchior, "Nuestra idea era hacer escala en un aeropuerto de cada país africano hasta llegar a Liberia".

Dicho y hecho, el cliente manda. Así fue como salimos de Tenerife Norte hacia el Sahara (Dakhla) y tras una parada de apenas 30 minutos en la que resposté y los tres cooperantes aprovecharon para bajar, desaparecer y volver a los 15 minutos, partimos hacia Mauritania (Nouakchott), luego Senegal (Dakar), donde hicimos noche y a la mañana siguiente rumbo a Banjul (Gambia), más tarde Guinea Bissau, luego Guinea Conakry, partiendo al poco hacia Freetown, en Sierra Leona. Todos los trayectos se realizaron en IFR, con alturas de crucero entre 10.000 y 20.000 pies dependiendo de la longitud de la ruta, buen tiempo con poca visibilidad debido a la calima, pero con unos paisajes preciosos.








Sin embargo, la monótona tranquilidad se rompería de camino a Monrovia, cuando a 20.000 pies de altura y a unas 100 millas del aeropuerto internacional de Liberia, el motor izquierdo del avión empezó a arder...


Tras apagarlo, volamos con un solo motor hasta el destino prefijado. Solo había un aeropuerto antes del previsto pero había que cambiar la ruta por lo que la distancia a recorrer sería casi la misma que hacia Monrovia Internacional. Pero no había problema, un motor era suficiente para este cacharro, a pesar del exceso de peso que llevábamos. Además, el pasaje iba muy tranquilo a pesar de conocer el estado del avión y viendo tantas "luces extrañas" encendidas en el cuadro del aparato.


El aterrizaje fue bastante suave; solo hubo que compensar un poco más de lo normal con el pie derecho. Pero claro, una vez en tierra el pájaro no podría volver a volar hasta ser reparado... y eso llevaría tiempo.

No obstante, dije "No hay problema" con una gran sonrisa cuando vi las caras de preocupación de mis tres pasajeros y saqué con decisión mi móvil del bolsillo para realizar un par de llamadas... y tuve que volver a guardarlo de inmediato al no conseguir línea roaming en el país, por lo que me dirigí, un poco con el rabo entre piernas, hacia el teléfono público más cercano de la terminal.

No hay nada como tener contactos. El gobierno del país ponía a mi entera disposición una flamante Beechcraft 1900D que había estacionada y preparada en la plataforma. No hacía mucho que había volado con un cacharro igual, por lo que un breve repaso al manual y los checklists a mano sería suficiente para poner en marcha el bimotor.

Lo siguiente fue establecer una ruta hacia Foya. Distaba unas 126 millas al norte. Unas cartas en liberiano que encontré en la cabina me ayudarían a establecer una ruta directa, ayudándome del VOR-DME del aeropuerto, pues Foya no aparecía en el GPS. Giré el OBS del NAV1 en cabina para escoger el radial adecuado y preparé todo para el despegue. Los pasajeros y sus equipajes se acomodaron y despegamos rumbo norte.


Apenas había llegado a la altura de crucero establecida, 15.000 pies, cuando una luz apareció en el cuadro: "cabin pressure". ¡Vaya! Perdíamos presión en la cabina. Nada, a bajar otra vez hasta unos 10.000 pies.

Al rato me daría cuenta de otro gran problema. Las cartas liberianas marcaban rutas geográficas y no magnéticas, sin indicar desviación alguna... ¡¡horror!! El radial del VOR seguido era incorrecto.

Calculadora, lápiz, papel y rapidez mental fueron necesarios para reestablecer la ruta correcta y desviarme hacia ella ya en descenso hacia el campo.


Finalmente, y entre nubes, divise la pista del aeródromo donde aterrizaría sin mayor problema.


Tras dirigir el avión hacia la plataforma y parar los motores, abrimos la puerta y salimos preparados a recibir el aire cálido de aquella tarde de diciembre.



A mí me quedarían varios días por delante en esas tierras, que me tomaría como descanso; yo ya había realizado mi trabajo. Mientras, los tres cooperantes, pasajeros y compañeros en estas últimas jornadas, solo acababan de comenzar su laaarga faena...

4 comentarios:

TriQui dijo...

Fantástico reporte y gran tarea realizada. Felicidades!!!!

Y una pregunta. ¿Cómo es que en Liberia tenían un B1900D con las pinturas de TAG?. ¿No será uno que prestamos una vez?. Deberemos abrir una investigación......

Juanjo dijo...

Pues el caso es que los nombres de los pasajeros me suenan...

José Ángel dijo...

TriQui, nooooo... el avión era muy feo por fuera y le hice un poco de Photoshop (Gimp) a la foto :P

Sí, Juanjo, a mí también me suenan...

fred dijo...

Olé olé... Solucionando problemas y con gente importante a bordo... si es que los hay con suerte !

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