Transportes Aéreos Globales

TAG es una compañía aérea virtual que opera con cualquier tipo de avión y sin límite en el tipo de trabajos a llevar a cabo. Desde transporte regular de pasajeros en líneas aéreas hasta vuelos ferry de todo tipo de aeronaves en cualquier parte del mundo...

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9 de enero de 2016

INFORME DE MISIÓN Nº81 (e): Sonrisas y lágrimas (Juanjo)

Piloto: Juanjo
Monterde
Meteo: LEZG 32020KT 9999 SCT075 02/M01 1010
Aeronave: C210 TAG
Simulador: X-Plane 10.42. Spain UHD.


La epidemia de bajas había dejado hecha trizas la cuidadosa planificación de los turnos de trabajo de manera que en Operaciones recordarían estas fiestas como las “Navidades Negras” de 2015. La plantilla se había reducido al mínimo para dar el mayor número de días libres al personal, teniendo en cuenta la lógica reserva de algún imprevisto, pero nadie podría prever tal cantidad de accidentes.


Ese día de Navidad los teléfonos no pararon de sonar buscando personal que pudiese sustituir las bajas producidas y fruto de ese encaje de bolillos nos tocaba ir a recoger a quien sustituiría a Antonio para que me liberase del servicio en el helicóptero y por mi parte poder sustituir al piloto del Learjet que tenía la pierna escayolada por un mal paso de baile con la suegra durante la cena de Nochebuena familiar.

Para no ir solo había llamado a Pedro quien se apuntó sin dudarlo siempre que estuviese para comer en casa de manera que, habiendo dado cuenta de unas suculentas tostas con jamón acompañadas de un café con leche calentito, nos encaminamos hacia el aeropuerto donde nos esperaba la C210 de la empresa lista para un salto hasta Robledillo en un día frío pero con un sol radiante entre las nubes y una visibilidad excelente que prometía un vuelo placentero, si bien el viento podría generar un poco de turbulencia a baja altura.

La primera opción fue introducir en el GPS un directo al embalse de Tajera y de allí a Robledillo pero me decidí a planificar la ruta a la vieja usanza para recordar procedimientos casi olvidados y evitar en cierta forma la dependencia de la tecnología; “como se rompa el GPS lo llevamos claro...” habíamos comentado más de una vez en tono jocoso y precisamente eso había pasado en el vuelo anterior así que con la carta Michelín de 1/400.000, regla, transportador de ángulos, lápiz y el arcaico CR3 (y su manual, claro) me puse a la tarea.

Teníamos varios espacios aéreos a evitar: el dependiente de Torrejón y Barajas en el que deberíamos mantener 1000' sobre el terreno y la zona prohibida de Trillo. Apuntando a Torrecuadradilla tendríamos una buena referencia y aunque rozábamos la D38 no tendríamos que preocuparnos pues no estaba activada así que con todo preparado arrancamos y con las correspondientes llamadas por radio iniciamos el cronómetro, despegamos y pusimos rumbo a nuestro primer punto de control en Monterde sobrevolándolo a los 7,6 minutos lo que nos daba una velocidad sobre el suelo de 105Kts.

“Que lentos. Pensaba que este avión era rápido” me dijo Pedro una vez hecho el cálculo.
Chequilla

“No lo tengas en cuenta. Este primer punto penaliza el ascenso y además tenemos viento en cara; en el siguiente podremos hacer una estimada al destino más ajustada” respondí.

Y así pasó. Una vez estabilizados, con el rumbo y velocidad más o menos constantes el paso sobre Chequilla lo hicimos a los 14,5minutos del despegue, es decir, 7,1 desde que pasamos sobre Monterde que se encontraba a 16,5Nm por detrás con lo que nuestra velocidad sobre el suelo subía a los 142Kts que se aproximaba a la velocidad de crucero prevista en la planificación inicial.

Torrecuadradilla
Y así fuimos tragando millas, confirmando nuestra posición sobre la carta en una pura navegación digital, es decir, con el dedo puesto sobre nuestra situación real en el mapa y disfrutando de los paisajes que la serranía del Alto Tajo nos mostraba a la vez que manteníamos las alturas requeridas en para no colarnos en el espacio aéreo controlado.

El embalse de Tajera lo alcanzamos a los 29,6 minutos de vuelo confirmando una estimada al destino de 12,8 minutos que con el descenso se recortó en un minutillo de forma que cumpliéndose los 45 minutos desde el despegue nos encontrábamos rodando por la pista de Robledillo donde nos esperaba Julia.

“Felices fiestas” nos deseamos a la vez que recibíamos unos sonoros besos juntando las mejillas con las frías y rosadas de mi sustituta.

Zaorejas de vuelta
“Antes de nada tenemos que despachar este aperitivo de parte de mi suegra... unas pastitas y rosquillas que entran estupendamente con este chocolatito especial... y no se aceptan excusas que si no me lo zampo yo y no quiero seguir aumentando los michelines.”

¿Como negarse? En un ratito de descanso nos tomamos unas pastitas imposibles de terminar pues había provisiones para todas las navidades a la vez que nos contaba lo bien que le venía trabajar y librarse de los muy amables y cariñosos parientes que se tornaban insoportables a los pocos días de convivencia. Justo a las 11.00 despegábamos para realizar el recorrido inverso, eso si, ahora con viento en cola que aumentaba sensiblemente nuestra velocidad.

De nuevo en el embalse de Tajera cambiamos el rumbo y con estimadas de entre 33 y 35 minutos de vuelo sobrevolamos la vertical del campo 33 minutos después del despegue, prácticamente “clavando” las previsiones haciendo una toma larga y terminando con tiempo más que suficiente como para tomarnos un aperitivo en el bar “Teruel” sin que Pedro tuviese problemas domésticos por llegar tarde a casa... pero a costa de aumentar los “problemas de cintura” de Julia.





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